martes, 2 de junio de 2009

UN PAÍS AL REVÉS, UN FÚTBOL AL REVÉS

Boca discute quién será su nuevo técnico cuando Ischia sigue sosteniendo que todavía no arreglaron su salida.

A esta altura, que las opciones sean Basile o Cúper, que es como decir el Everest o el Océano Pacífico, es casi menor.

Los entrenadores fueron ganando importancia de la mano de una cada vez mayor profesionalización. Con sus pros y sus contras. Pero desde el principio fueron el fusible. Y lo siguen siendo. Es más fácil despedir al técnico que a los veinte troncos que tiene en el plantel. Ni que hablar de que los dirigentes se hagan cargo de los fracasos. Sobre todo cuando, cada vez más, los jugadores llegan por iniciativa de la dirigencia o de sus allegados. Bien o mal negociados. En general, esto último. Y muchas veces POR negociados.

Entonces, chau al DT.

Hasta ahí, todo habitual. No me atrevo a calificarlo de "normal".

Pero siempre se inventa un nuevo curro. Desde hace un tiempo, el manager. Estoy hablando del fútbol argentino. En Europa lo son en serio.

El último manager designado fue Carlos Bianchi en Boca, por la bonita suma de 1.700.000 dólares al año. Que le "agradeció" a quien lo designó, el presidente Ameal, haciendo público que le confesó que lo había buscado porque él, el presidente de Boca, "no sabía nada de fútbol".

Así estuvo Bianchi cobrando su sueldo durante un semestre, sin que se supiera para qué. Ahora, en un arranque de "vergüencita", decidió él mismo reducirlo a la mitad.

No participó del despido de su amigo Ischia ni, por lo que parece, participará de la designación de su sucesor.

Pero no quiero personalizarlo, aunque sea el caso más notorio.

En general, los "managers" del fútbol argentino, sólo "están ahí", molestando a los técnicos y sin servir de nexo con la comisión directiva. Que tampoco es tan difícil que ella, o el Consejo de Fútbol, se reúnan con el entrenador.

Entonces, uno no puede dejar de preguntarse ¿para qué sirven los "managers" del fútbol argentino? Me temo que hay sólo tres respuestas posibles: para nada, para currar, o las dos cosas juntas.

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