miércoles, 20 de enero de 2010

¡OIA, HAY POBREZA EN HAITÍ!

Los religiosos dirán que Dios sabe por qué suceden las cosas. Los ateos dirán que la existencia de Haití es un prueba lacerante de la inexistencia de un Ser Supremo.

Gracias a un terremoto el mundo se enteró de que hay un país llamado Haití que sobrevive en la miseria. El sismo fue sólo una anécdota. Dolorosísima por su costo en vidas humanas, pero anécdota tras un país que está igual o peor luego de más de dos siglos de independencia.

La marginación, la miseria, la violencia, la inexistencia de un horizonte son el pan cotidiano de los habitantes del país más pobre del hemisferio. Lo eran también hace una semana, dos, un año o cuatro décadas. Pero nos enteramos sólo cuando el terremoto fue tapa de los diarios del mundo. ¿Nos acordaremos de ellos dentro de un mes?

Y algo más. La marginación, la miseria, la violencia, la inexistencia de un horizonte son el pan cotidiano de muchos habitantes de nuestrol país. ¿Nos duelen más los muertos y los hambrientos de Puerto Príncipe que los del Chaco, Santiago del Estero, Catamarca, Jujuy, el conurbano o la mismísima Ciudad de Buenos Aires? ¿Nos acordaremos de ellos alguna vez?

viernes, 8 de enero de 2010

DE 10

El año 2010 arrancó con todo.

Ahora el tema es Redrado. El nuevo mártir. El “golden boy” de la época menemista, el funcionario de la Cancillería de Duhalde, el presidente del Banco Central de Kirchner. ¿A quién servirá luego?

Pero es injusto centrarse en él. También Scioli y tantos otros recorrieron el mismo camino. La diferencia es que, con todo lo que se le puede reprochar, Redrado es un técnico solvente.

El punto central son los que opinan sin tener la más mínima formación e información. Se sigue hablando de “libre disponibilidad” como si estuviésemos en la etapa de la convertibilidad. En ese entonces, había que tener una cantidad de reservas como ara respaldar la cantidad de moneda en la calle.

La convertibilidad murió, se suicidó o la asesinaron. Lo que ustedes quieran.

Pero lo que hay que aclarar es que las reservas, disponibles o no, son del Central, no de la Tesorería. Con ellas no se puede hacer lo que se quiera.

Algunos le reprochan al aún presidente del BCRA no hacer problema cuando se le pagó al Fondo y armar un escándalo ahora. La diferencia es que el deudor del FMI es el Central. En cambio, a los acreedores privados (bonistas, hold outs, fondos buitre) les debe el gobierno federal, el Poder Ejecutivo, en cuyo organigrana no está el Banco Central. Éste es el ejecutor de las atribuciones que la Constitución nacional da al Congreso de “arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación y hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras” (art. 75, incisos 7 y 11).

Es un órgano que recibe delegación del Poder Legislativo. No siempre debe haber empatía entre la cabeza de la autoridad monetaria y la del ministerio de Economía. Pasa en Estados Unidos, España, Francia, Alemania y en cualquier país más o meno serio.

Otro tema es el eterno del kirchnerisno: las formas. Que en una república no son sólo eso. Tienen la sutileza de un elefante en un bazar.

Si ya en Santa Cruz habían echado al procurador de la provincia, ¿por qué ahora habrían actuar de manera distinta? Si la Constitución es sólo una molestia, la Carta Orgánica del Banco Central es papel mojado.

Lo extraño es la gente que se extraña. ¿Después de cinco, seis años, Graciela Ocaña o Marta Oyhanarte se dieron cuenta de dónde estaban? Es el mismo tiempo que el gobierno tardó en darse cuenta de que Redrado había sido estandarte de la odiada década de los ’90. De la que los miembros de este gobierno fueron actores y/o aplaudidores. ¿Hay alguno libre de culpas?

Hay un problema extra: para presidir el Central hay que saber. Y Néstor nunca tuvo a su lado mucha gente preparada. Y se le hace cada vez más difícil conseguirla.o puede conseguir muchos que conozcan de los temas que van a tener que manejar. Un político, gremialista o empresario puede estar al frente de casi cualquier ministerio. No ocurre lo mismo con un organismo eminentemente técnico como es el Central. Ni siquiera alcanza con ser licenciado o doctor en Economía. Además, hay que ser un especialista. Y esos no se inventan.

Ahora el tema es Redrado. Pero el tema no es Redrado. ¿O quieren pensar en Maradona técnico de la selección? Porque en este año también se juega el mundial de fútbol.