domingo, 27 de enero de 2008

Puto el que escribe.

"Puto el que lee" es un clásico de los graffitis de mingitorio. Debe encabezar el ranking, seguido por "En este lugar sagrado...".
Aclaro para las minas: en muchos baños de hombres (empezando por los de las escuelas), en la pared, arriba de los mingitorios, muchos escriben estupideces con una lapicera. Entre ellas, las que cito más arriba.

Ahora bien. Eso de "Puto el que lee" siempre me pareció una estupidez, aunque perdonable si lo escribía un compañerito de la primaria a los 9 o 10 años. Lo que es imperdonable es que una empresa nos trate de "boludos". Y peor aún es que lo disfracen con un "bolú".

No me gusta la palabra "boludo" en los medios. Y no soy pacato, culo es culo, pero hay muy poca gente a la que le queda bien. Es ínsito en Lanata, pero no dice "bolú". Tiene los huevos para decirla entera.

El apócope lo popularizó Menem cuando lo trataba a Gostanián de "gordo bolú". Me parecía horrible, aún cuando ambos personajes también me parecieran horribles.

Y ahora resulta que Fibertel hace una campaña diciendo "que bolú".

Sé que los "creativos" cuando se fuman pueden mandarse cualquiera. Pero hay algo que nunca entendí. Cómo estas estupideces pueden pasar varios filtros de decisión. El "creativo" se lo muestra a un jefe. Al jefe le parece genial y en la reunión con el cliente le "venden" la idea. Al cliente también le parece estupenda. Nadie dice "esto es una idiotez". Y eso que, en diversas etapas, participan guionistas, cantantes, músicos, camarógrafo, director, guionista/s, locutor. Como nadie dice: "paren esta locura" el comercial sale al aire.

¿Y saben qué es lo peor? Ni siquiera que Fibertel se permita tratarnos de "boludos" a quienes tenemos otro proveedor de servicios de internet. Lo peor es el "síndrome Shock". Si el aviso pega va a ser por el "bolú" y nadie va a reparar en Fibertel. Así como Susana Giménez saltó a la fama con el "shock" y sólo unos pocos enfermitos nos acordamos que el producto era el jabón Cadum, que desapareció sin pena ni gloria.

¡Muerte a los "creativos" boludos y a los boludos que les aprueban las boludeces.

sábado, 5 de enero de 2008

E alora?

Era ya la noche del 11 de julio de 1982 cuando Enzo Bearzot enfrentó a la prensa en el Bernabeú, luego de la magnífica victoria de Italia sobre Alemania 3 a 1 que le dio el tricampaonato a los azzurri.

Nadie esperaba nada de ese conjunto que pasó la primera fase por diferencia de gol. Pero luego... de la mano de un Paolo Rossi inspirado, aplastó a la Argentina campeona y a uno de los mejores equipos de Brasil y ya en semifinales se sacó de encima a la brava Polonia como quien se espanta una mosca.

La prensa italiana, habitualmente dura, había sido casi insolente con Bearzot y su squadra.
Con la victoria en el bolsillo, casi sobrador, Enzo se despachó con el "E alora? (¿y ahora?)" que se convirtió en un clásico recuerdo para los periodistas.

Más de veinticinco años han pasado y mucha agua corrió bajo los puentes. Y mucha sangre corrió en Colombia en todos lados. Los muertos no son de derecha ni de izquierda: son muertos.

En este comienzo de 2008 me lo imagino al presidente colombiano Uribe repitiendo la famosa frase de Bearzot.

¿Y ahora? Resulta que Uribe tenía razón. Que la frustrada entrega de los rehenes era una operación de prensa de las FARC, que le vino como anillo al dedo al tiranuelo tropical Chávez para montar uno de sus habituales shows de estética de pastor electrónico. Y, de paso, le permitía hacer salir de los títulos de los diarios el caso del valijero Antonini.

La ciencia le dio la razón al de Bogotá. Mal podrían las FARC haber entregado al pequeño Emmanuel, el hijo de la rehén Clara Rojas, porque no lo tenían.

Ese frustrante 31 de diciembre, Uribe había expresado esa sospecha con datos que ahora viene a confirmar la prueba de ADN mitocondrial tomada a la madre de Clara Rojas, Clara González de Rojas, y a su hermano, Iván Rojas González, que reveló “total coincidencia” con la del niño llamado Juan David Gómez Tapiero, que Uribe cree que podría ser, en realidad, Emmanuel.

Por las dudas, porque la ley tiene que dar certezas, se está haciendo una "contraprueba" en Santiago de Compostela, para ratificar el resultado del análisis.

Hasta el momento, todo parece indicar que el presidente colombiano se podrá parar ante la prensa, las FARC, Chávez, los "garantes" y un largo etcétera y espetarles: "E alora?".