No tiene nada que ver con la famosa película de Hitchcock, sino que con fútbol actual, especialmente el argentino y la forma de vivirlo.
El yeso en la mano derecha de Simeone ya era un símbolo. Llegó a Racing como jugador, lo hicieron convertirse en técnico al toque, le dieron el toque porque había que "repatriar" a Merlo, se fue a Estudiantes y de inmediato ganó el título, saltó a River y protagonizó otra vuelta olímpica. Con su equipo como campeón todavía vigente, ya renunció por haber quedado eliminado en la Copa que no es la Libertadores.
Hace dos meses era candidato a la selección, hoy se va puteado. Tiene que ver con una forma de ser de nuestro fútbol, pero que el Cholo forzó al máximo.
Técnico conocedor y trabajador como el que más, estuvo siempre al borde del desborde, fiel a la filosofía de James Dean: "vive rápido, muere joven y deja un cadáver bonito". Su River nunca jugó bien y se quedó con el Clausura porque no quedaba otra, ante el "arrugue" del Pincha en las últimas fechas.
Ya está. Ya pasó. Duró 10 meses. Así es el fútbol actual, mucho más el argentino y, especialmente, Simeone.
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