Paso firme, mirada segura. Pero a no confiarse ni a dejarse llevar por la euforia. La Argentina jugó el mejor partido que se haya visto en este Mundial. Y ante un rival mucho más duro que la Australia a la que Alemania también le ganó 4-1.
Se sacó fantasmas de encima: Higuaín no sólo la metió, sino que arrancó con un hattrick. Tévez tuvo otro gran primer tiempo y forzó la falta de la que vino el primer gol. Burdisso, creo que no había ninguna duda, está al nivel de cualquiera de los defensores titulares. No se extrañó a Verón, al contrario, aunque la actuación de Maxi no fue de las mejores que se le han visto. Una vez más, Messi fue figura y Mascherano la rompió.
Y, como si todo esto fuera poco, se nota que el rendimiento colectivo es superior a la suma de las individualidades.
Prácticamente quedó sellada la clasificación al Mundial. Ojo con esto: en octavos empieza la verdadera competencia, cuando se decantan los equipos que sobran.
Una vez más: ojo con la desmesura. Falta mucho. Y si se cae desde lo alto, duele más.
viernes, 18 de junio de 2010
SEGUNDO ESCALÓN
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