El fútbol argentino nos deja cada vez menos, fecha tras fecha.
Hace un tiempo nos preguntábamos de dónde había salido ese consenso bastante instalado de que "Estudiantes es el mejor equipo del campeonato". Promediaba el Clausura y los de Verón y Sensini asomaban más por ausencia de los rivales que por méritos propios. Como perdió puntos que no debía perder un equipo con aspiraciones de campeón, se coronó un River pobre, inconstante e inconsecuente.
Para este torneo el Pincha se armó bien. Mantuvo la base y reforzó su punto más flojo: la delantera.
Sin embargo recién pudo salir de pobre, cuando volvió Verón y ayer le ganó a un Arsenal indefinido.
Los equipos siguen durando tres o cuatro fechas. Ahora la apuesta es por Boca. Sólido, ganador y, encima, habiendo encontrado en Gaitán, Noir y Viatri a los reemplazantes justos para Riquelme, Palacio y Palermo, nada menos.
¿Podremos confiar en el xeneize? ¿O dentro de cinco partidos estaremos buscando nuevo candidato?
Independiente no perdió desde que está Borghi y sin embargo ya estamos dudando (empezando por él mismo) de su continuidad.
No pretendo encontrar las respuestas a todas las preguntas, pero ¿cuánto tiene que ver, además de la fabulosa sangría de talento que sufre el fútbol argentino, este esquema de campeonatitos de una sola rueda que hacen que a la cuarta fecha muchos equipos ya se hayan apeado de la lucha? ¿Entenderán los dirigentes que, aunque en principioel hilo se corte por los entrenadores, después los fracasos (literales o relativos) terminan golpeando en sus propias puertas? ¿Cambiarán ese sistema perverso? Lo dudo.
lunes, 1 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario