domingo, 18 de noviembre de 2007

Victorias y victorias

En primer lugar, quiero hacer un reconocimiento a Basile. Tantas veces testarudo, obstinado con su 4-3-1-2, cambió por un esquema más parecido al de Pekerman en el Mundial que, a priori, se adapta mucho más a estos jugadores argentinos y a la (escasa) categoría del rival de ayer.

Después está el tema de que el equipo, como tal, no aparece. Y creo que más por caprichos de los intérpretes que por errores del director. O, en todo caso, el error del director es no darle con la batuta en la cabeza a los intérpretes caprichosos. ¿Es necesario que en cada jugada, cada uno quiera hacer el gol de su vida? ¿Por qué Messi es mucho menos generoso en la selección que en el Barça? ¿Por qué cuando el empeñoso Tévez logró ganar una por la izquierda, levantó la cabeza y los destinatarios del pase estaban lejísimos del área?

Los nombres invitaban a soñar. La realidad nos hizo conformar con la estadística. Una formalidad burocrática a la que, una vez que se le puso el primer sello, sólo restaba esperar un rato para completar el trámite.

El "Coco" odia que lo comparen con Bielsa. Sobre todo si esa comparación resulta favorable al actual DT de Chile. Pero no vaya a ser que a fuerza de diferencias terminen igualándose en algo: lo que en Sudamérica son piedritas en el camino, el el Mundial son enormes paredes contra las que la Argentina se puede seguir estrellando.

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