... pero algunos son más iguales que otros. Genial frase de Orwell que se aplica a diario.
Quizás sea la noticia más repetida de los últimos tiempos: la espera por la liberación de tres rehenes por parte de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la guerrilla más antigua del continente.
No voy a adentrarme en los vericuetos de la historia de la lucha entre las FARC y el estado colombiano.
Por otro lado, cualquier liberación de rehenes es bienvenida. El grupo guerrillero anunció hace unos días que liberaría a la ex candidata a vicepresidenta Clara Rojas, Emmanuel, su hijo nacido en cautiverio, y la ex congresista Consuelo González. El grupo armado comunicó que los rehenes serían entregados a Chávez o a quien él designara.
Pero esto se ve como un "triunfo". En realidad es recomponer una situación que nunca debió haberse desompuesto. ¿En serio festejamos que se libere a gente que nunca debió haber sido secuestrada? Buena operación de marketing para las FARC y para Chávez. Y no me extrañaría que el presidente colombiano Uribe también lo aproveche de algún modo. No hay ángeles.
Pienso en esta noticia tan anunciada y en las manifestaciones para que suelten a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y en las gestiones de varios gobiernos para lograrlo.
"Todos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros". Parece que los únicos rehenes de las FARC fuesen los famosos. Gustavo Moncayo, padre de un soldado secuestrado desde hace ¡diez años! recorrió a pie entre junio y agosto casi 1000 kilómetros desde el sudoeste colombiano hasta Bogotá para llamar la atención sobre su hijo. Desde hace algo más de un mes camina hacia Caracas para entrevistarse con Chávez.
¿Habrá algún gobierno (venezolano, colombiano, argentino, francés, brasileño o el que sea) que se movilice para liberar a los miles de rehenes que no son famosos?
lunes, 24 de diciembre de 2007
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