Contaban los “contreras”, los antiperonistas de la Libertadora que un día Perón hizo esa pregunta y, solícito y sumiso, Héctor Cámpora le respondió: - ¡La que usted quiera, mi General!
Dudo que esa respuesta haya existido. Pero la supuesta anécdota, repetida por gente de todos los partidos, retrató para siempre a Cámpora como la imagen del obsecuente sin límites. Pero no fue el único. En la política son legión.
También en el periodismo hay carradas de tipos que pagarían por poder adivinar los deseos del jefe y satisfacerlos antes de ser expresados. Alguien que supo ser amigo mío decía en broma que no le quedaba otro camino que la obsecuencia: “Capacidad no tengo y mina no soy”.
Esta idea campea en los cuerpos legislativos, donde muchos, en nombre de la disciplina partidaria, son capaces de preguntar a su jefe político cuántas veces deben defecar por día.
Cuando llegan a puestos de poder, la obediencia y la falta de conocimientos son su mejor currículum. Sirven para todo. Es cierto que un gran médico no necesariamente es un gran Ministro de Salud. Pero dando vuelta ese argumento, algunos aceptarían el Ministerio de Salud sin haber pisado la Facultad de Medicina.
Pues bien. Hoy pretenden convencernos de que todos (TODOS) los integrantes del Frente para la Victoria y el Partido Justicialista de la Cámara de Diputados bonaerense aprobaron la jubilación de privilegio para los Intendentes de la provincia. Y lo hicieron motu proprio. Sin hablar siquiera con sus jefes Kirchner, Solá y Randazzo. Y les creo.
El Presidente, el Gobernador y el Ministro de Gobierno, cuando percibieron la reacción negativa de la gente, salieron a denostar el proyecto. Y les creo esa indignación ¿eh? También a Scioli. Casualmente ellos van a cobrar una jubilación de privilegio cuando dejen sus cargos. Es más, ya cobran alguna por los anteriores servicios prestados. Pero les creo.
Como también a los intendentes con más peso en el esquema de poder (Pereyra, Descalzo) que "no sabían nada".
Es más. Les prometo a esos intendentes, a Kirchner, Solá, Randazzo, Scioli y los Diputados que voy a creer en todo.
En el corto plazo la que va a salir ganando es mi hija. No voy a poder enojarme más con ella cuando desordena su habitación. Le voy a creer que los juguetes se desparramaron solos por el piso.
viernes, 29 de junio de 2007
“Camporita, ¿qué hora es?”
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