Hay muchas formas de ver los dos actos de este martes.
Una de ellas es verlos. Literalmente. Para ello había multitud de opciones. Pero quizás la más curiosa fue la del canal que pagamos todos. Sí, ya se que, a través de la frondosa "pauta" que arbitrariamente maneja la Secretaría de Medios, hay varios canales (y programas, y radios, y diarios, y revistas) que pagamos todos.
Pero me refiero al que, por antonomasia, "nos pertenece" a los contribuyentes: ATC. Que sigue siendo ATC, aunque lo hayan vuelto a llamar "Canal 7". Con el curioso nombre-aditamento-eslogan de "la televisión pública".
Mientras el mediático Alfredo De Angeli calentaba el resto de las pantallas, ATC se quedó con sus cámaras en la Plaza del Congreso entrevistando a cuanto funcionario pasara por allí. Incluso su jefe financiero, el publicista-secretario Enrique "Pepe" Albistur.
No me dio vergüenza ajena, sino simplemente vergüenza.
Ya bastante extraño sería, en un país en serio, que la conductora del noticiero central fuese una funcionaria, pero aquí la tenemos a Rosario Lunfardo cumpliendo ambos cometidos.
Para colmo, el ex periodista Horacio Verbitsky, ahora devenido difusor, se había explayado días atrás en el boletín oficial llamado "Página 12", sobre la reunión del presidente Kirchner con intelectuales afines. De paso, con la humildad que lo caracteriza, Verbitsky se ubica entre los "intelectuales". En ese escrito, glosó al Jefe de Gabinete que aseguró que "con la designación del periodista Felipe Yapur había mejorado la cobertura informativa". Este martes quedó claro cuánto mejoró.
Y también queda claro que ATC no es la "televisión publica". Es la televisión privada de la pareja presidencial.
martes, 15 de julio de 2008
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