lunes, 15 de octubre de 2007

¿Alguien tiene algo que decir?

Y… la verdad, no mucho.

Empezó el larguísimo y embolante camino hacia Sudáfrica 2010. Desde que se inauguró este sistema de todos contra todos, todos ganan: la tele, porque tiene decenas de partidos para transmitir; los jugadores, porque a más partidos, más premios; la Selección argentina como equipo, porque con este tipo de clasificación es imposible quedarse afuera de un Mundial; y Grondona, no sé por qué en este caso, pero Grondona siempre gana.

Y al apostar, también se puede ganar. ¿Qué decir de la actuación argentina ante el Chile de Bielsa? Que pasó lo que tenía que pasar. Hay más individualidades que equipo. Varias de esas individualidades no pasan del nivel de “aceptable”. Zanetti, el Gran Capitán del Inter (ídolo y referente de su club, que ya tendría que tener una estatua en el Meazza) pasó a ser el Pequeño Capitán de la Selección que le da una nueva chance de fracasar con la albiceleste. Tévez y Messi no saben jugar juntos, salvo que tengan un referente de área que, en el esquema de Basile (“del 4312 no me muevo”), sólo entraría si sale uno de ellos.

Y si es por apuestas, el “Coco” jugó fuerte la chance de Riquelme, pese a su idea de no convocar futbolistas que no tuvieran continuidad en sus clubes. Riquelme es especial y es el único que le puede brindar la posibilidad de jugar con “enganche”.

Basile se jugó esa chance y le salió. Apostó a “Pares” y le cantaron el 10. Ganó. Si le cantaban “Nones” se iba a tener que hacer cargo.

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