“Los pibes” ganaron las primeras planas por haber tomado varias escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué adujeron? Que “se vienen abajo”. Y es cierto, en algunos casos. En otros, no tanto.
Pero no es la única visión.
Se los acusa de “hacer política”. Hay muchos que tienen una postura política determinada. ¿Eso es malo? ¿No la tenemos muchos de nosotros? ¿Que los alineados detrás de determinados partidos o partiditos quieren “hacer bardo”, que quieren voltear a Macri. Es cierto. Tanto como que es poco lo que en ese ámbito hizo el oficialismo porteño. Y mucho menos lo que hicieron sus antecesores.
Se quejan de las condiciones edilicias. Que pasan frío o calor. Y aquí salen los de arriba de 40 que dicen “yo me moría de frío y nunca dejé de estudiar”. ¿Es un mérito? En todo caso, ¿por qué hay que igualar hacia abajo? Hay contextos determinantes. Hoy hay freezers y mis abuelos no tenían heladera. Pero todos los días pasaba un tipo vendiendo hielo. Hoy si nos quedamos sin heladera, no hay hielero que nos salve. Lo mismo que cuando se compara con las peores condiciones que hay en el noroeste. En todo caso, allí tendrán que mejorar aún más. Cosa que ignoró olímpicamente la señora Presidente cuando les brindó su respaldo. En los distritos que gestiona el kirchnerismo, la situación es infinitamente peor.
Asimismo, muchos colegios están deteriorados por culpa de los mismos estudiantes que ensucian, manchan y rompen. También es verdad. Pero los edificios son una muestra del deterioro de la educación pública en la Argentina.
Después están la "épica" de los pelotudos que creen que están asaltando el Moncada o tomando el Palacio de Invierno. Y hay otros estudiantes que sólo quieren no tener clases. Como cualquiera de nosotros a los 13 o 17 años. Y como nuestros mayores. A quien diga “yo nunca”, lo invito a releer Juvenilia, que nos deleitó contando las “perrerías” que hacían más de un siglo atrás.
No los justifico. Es lógico que los adultos, sobre todo los que están en posición de gobierno, tengan otra posición. Y que tengan que actuar en consecuencia. Pero no olvidemos lo que pensábamos y hacíamos cuando teníamos la edad de ellos.
martes, 7 de septiembre de 2010
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