sábado, 2 de mayo de 2009

LA FIESTA DE ALGUNOS

La culpa no es del chancho, pero les vino bien como prueba, dice Martín Caparrós en Crítica de la Argentina. Y se mete en una idea que ya hace tiempo tengo: quieren un fútbol sin gente. La dirigencia del fútbol y la tele (mala yunta, pero con ribetes escandalosos en Grondonalandia, es decir, la Argentina y la Confederación Sudamericana), tuvieron una linda prueba.

Gracias a la gripe porcina, ahora llamada A H1N1, los partidos de la liga mexicana se juegan sin público.

El sueño dorado de la dupla AFA-Torneos. Se pueden hacer estadios chicos, aunque no por eso más baratos. Se eliminan los costos de los operativos policiales. Se cobra para verlo por tele, predigerido, con hinchas cada vez menos conocedores y menos críticos y se aumenta la cantidad de abonados.

Negocio CASI redondo. ¿Qué les falta para perfeccionarlo? Dos cosas. Cómo reemplazar la escenografía que aportan los hinchas y, más importante, pasarían a ser inútiles las barras bravas que tan bien les vienen a muchos dirigentes, técnicos y jugadores.

En cuanto resuelvan estos dos pequeños temas, listo el pollo, gracias al cerdo: fútbol sin público.

Y si ocurre, una vez más, la culpa no será del chancho, sino de los que le damos de comer.

2 comentarios:

Fernando Salceda dijo...

Plenamente de acuerdo.

Un abrazo.

Guillermo dijo...

Si, coincido, algo de eso hay, no sé si tanto, las teorías conspirativas son siempre atractivas pero al final no las compro, aunque me parece que la idea de jugar sin público visitante (ya probada) puede ser la más practicable (para ellos, claro).

Guillermo Blanco Alvarado