Una vez más, el mundo mira a Washington. Es que los Estados Unidos tienen por primera vez un presidente negro. Quizás entierren así los fantasmas de una nación transida por el racismo.
Por suerte el resto del mundo es muy distinto. ”El Imperio” –diría el hermano bolivariano Chávez- no nos ha podido contagiar esa lacra. En Europa es muy común ver países dirigidos por representantes de minorías. Los negros son el 10% de los habitantes de los Estados Unidos. Pensemos cuántos negros o descendientes de árabes han llegado a la primera magistratura de Francia. O cuántos turcos a la de Alemania. O cuantos descendientes de indios (de la India) o de africanos a la de Gran Bretaña.
Y siguen las firmas. En nuestra mestiza América está Evo Morales. Ninguno antes, pese a que en Bolivia la mayoría de la población es de origen indígena. O un antecedente mucho más preciso de Barack Obama: el peruano Alejandro Toledo. Lo mirábamos y veíamos a un indio, pero nos tranquilizaba pensar que tenía un Master en Stanford y que estaba casado con una belga pelirroja. Pero no somos racistas ¿eh?
El racismo, derrotado hace tiempo en Sudáfrica, sólo pervive en los Estados Unidos. Como lo demostró George W. Bush, cuando en 2002 le preguntó al entonces jefe de Estado brasileño Fernando Henrique Cardoso: "¿Ustedes también tienen negros?". Es de imaginar la sorpresa de un académico del nivel de Cardoso ante tamaña ignorancia. Eso sí. No se registra sorpresa en Cardoso ni en ningún político brasileño porque, pese al alto porcentaje de población negra que tiene nuestro vecino, casi todos los legisladores son blancos. ¿Y cuántos hay en el Uruguay? Y así podemos seguir hacia el norte hasta México. Incluyendo, claro, la muy democrática e igualitaria Cuba. ¿Cuántos negros ocupan cargos más o menos importantes en el Estado?
¿Y por África como andamos? Sin problemas, claro, ya que debajo del Magreb son todos negros. Claro, si nunca hubo matanzas entre distintas etnias negras. Las masacres de millones de pobladores en Ruanda, Burundi, Sudán, la República Democrática del Congo, son meras anécdotas. ¿Cómo va a haber racismo? Tampoco lo hay en Liberia, que debe su nombre a que lo fundaron esclavos liberados… por James Monroe, presidente de los Estados Unidos (1817-1825), para más datos. También es un mero accidente de la historia que el resto de la población, los que no fueron a América y regresaron, sea oprimida por los descendientes de esos “padres de la Patria”.
En fin. Una vez más miramos a Washington. Pero realmente lo que importa es que cambie algo o mucho y quede atrás la ominosa etapa de “Bushito” con sus guerras de petróleo y sus torturas en Guantánamo. El color de quien lo haga es sólo para los estúpidos, quienes ven a Obama como un negro. Que fue acusado por los negros radicales de no ser “lo suficientemente negro”.
Para mí, café con leche.
martes, 20 de enero de 2009
PARA MÍ, CAFÉ CON LECHE
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1 comentario:
Si claro, además en la selección francesa de futbol, la mayoria son negros y/o del magreb. De todas maneras a mi me parece muy bien esto del mestizaje. Ya lo dijo el premio nobel Severo Ochoa, "los matrimonios mixtos, mejoran la raza"
Suerte para Obama y un saludo para ti.
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