Una semana ha pasado de absoluto "silencio de radio" para los encuestadores, después de las elecciones en Córdoba y Santa Fe.
Los hay de toda laya. Desde atorrantes simpáticos como Artemio López hasta avinagrados como Julio Aurelio.
Este último había acertado al milímetro la elección porteña en la que, en su condición de sociólogo, hasta metió baza el entonces candidato Daniel Filmus mostrando una "proyección" de él mismo que le daba una victoria de 52 a 48. Finalmente, perdió por más de 20 puntos.
Pero parece que para los "profesionales" de la opinión pública la Argentina sí termina en la General Paz y daban un resultado ajustado en Santa Fe y una ventaja indescontable en favor de Schiaretti en Córdoba.
Todos sabemos lo que pasó, al margen de quién gane finalmente en esta última.
El problema no son las encuestas. El problema es cuando se hacen por encargo y como, favor con favor se paga, le dan siempre bien al gobierno que es casi siempre el que paga. Con el dinero de todos nosotros.
Así se instala un "clima", como el que dice que no tiene sentido la elección presidencial, porque la Senadora-consorte-candidata ya es la nueva Presidenta y sólo falta el "trámite" de la ratificación por las urnas. Trámite que no es menor y que veremos como se da el 28 de octubre.
Mientras tanto, estos fantoches siguen con sus fantochadasy la oposición, dividida y subdividida, hace todo lo posible por darles la razón.
¡Ah! Una pregunta. ¿Dónde esté Eduardo Di Cola, el cordobés que maneja el Correo, a cargo de la transmisión de los resultados de las elecciones?
domingo, 9 de septiembre de 2007
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